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“Es en esta triple época que debió entrar en el Santo de los Santos y vestirse con el efod, el traje de lino, el pectoral, con la tiara que usaban los grandes sacerdotes de los Hebreos en sus funciones sacerdotales y que solo eran para ellos el símbolo de la verdadera vestimenta con la cual el Regenerador debía llegar a cubrir algún día la desnudez de la posteridad humana.Entonces, debió desarrollar la ciencia a los ojos de los que había elegido; debió restablecer ante ellos las palabras que se habían borrado del libro antiguo confiado antaño al hombre, y que este hombre había desfigurado; debió incluso haberles dado un nuevo libro más extenso que el primero, a fin de que además, a quienes se transmitiese, pudiesen conocer y disipar los males y las tinieblas que rodeaban a la posteridad del hombre y aprendiesen a prevenirlos y a volverse invulnerables”. (Cuadro natural, § XIX).
“Entonces, debió de preparar ese antiguo perfume del cual se habla en el Éxodo [30:34], compuesto de cuatro aromas del mismo peso, y que los sacerdotes de los Hebreos solo podían emplear para los usos del templo, bajo las prohibiciones más rigurosas; debió llenar con ellos el incensario sagrado y, después de haber perfumado todas las regiones del templo, debió convencer a sus Elegidos de que nada podían sin este perfume.Finalmente, su obra hubiese resultado inútil para ellos si no les hubiese iniciado en sus conocimientos enseñándoles a recolectar ellos mismos estos cuatro preciosos aromas, a componer a su vez este mismo perfume incorruptible y a extraer estas puras exhalaciones destinadas, por su viva salubridad, desde el origen del desorden, a contener la corrupción y a sanear todo el Universo.Porque el Universo es como un gran fuego encendido desde el inicio de las cosas para la purificación de todos los Seres corrompidos”. (Cuadro natural, § XIX).
“El Jefe universal de todos los instructores espirituales del culto puro y sagrado ha debido, como ellos, volver a trazar sobre la tierra lo que ocurre en la clase superior, y esto conforme a esta gran verdad, a saber, que todo lo que es sensible es la representación de lo que no lo es, y que toda acción que se manifiesta es la expresión de las propiedades del Principio oculto al cual pertenece. El Elegido universal ha debido incluso cumplir con esta ley de una manera más eminente de lo que lo habían hecho todos los Agentes cuya obra venía a completar, puesto que éstos solo habían mostrado en la tierra el culto de justicia y rigor, y él mismo venía para traer el culto de gloria, luz y misericordia.Así, en todos estos actos y en el culto que ha ejercido, ha debido demostrar todo lo que se opera en el mundo invisible. Desde lo alto de su trono, la sabiduría divina no cesa de crear los medios para nuestra rehabilitación: aquí abajo el Regenerador universal no debió dejar de cooperar para el alivio corporal y espiritual de los hombres, transmitiéndoles los diferentes dones relativos a su propia preservación y a la de sus semejantes, enseñándoles a alejar de ellos las trampas que les rodean y a llenarse de la verdad”. (Cuadro natural, § XIX).